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El IPM árabe revisado: Índice de Pobreza Multidimensional para los países árabes

16 junio, 2021

Por Khalid Abu-Ismail, Vladimir Hlasny, Sama El-Hage Sleiman, y Manuella Nehme (CESPAO).

En diciembre de 2020, el Consejo de Ministros de Asuntos Sociales de la Liga de los Estados Árabes aprobó el esquema del IPM Árabe Revisado, propuesto por la CESPAO, como herramienta formal para el monitoreo y seguimiento de la pobreza multidimensional, y como base para el segundo informe interinstitucional sobre la pobreza multidimensional en los países árabes. Este artículo repasa brevemente el proceso que llevó a su adopción formal, la estructura del índice, y el perfil de la pobreza en los países árabes según este índice.

Camino hacia la adopción formal

En 2017, la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO) se asoció con la Liga de los Estados Árabes (LEA), la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI), y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para lanzar el primer Informe sobre Pobreza Multidimensional Árabe.

El informe adoptó el método Alkire-Foster, así como el enfoque de las capacidades de Sen, y propuso un Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) Árabe que evaluara las privaciones no monetarias en tres dimensiones: educación, salud, y estándar de vida. El índice se ajustó a las realidades de la región árabe e introdujo definiciones de pobreza que se correspondían con grados moderados de privación en países con renta media y desarrollo humano medio.

El IPM Árabe ha realizado, sin lugar a dudas, una importante contribución a la medición de la pobreza y a los debates sobre políticas en la región. Sin embargo, en su construcción el índice no se alejó mucho del IPM global al conservar las mismas dimensiones y la mayoría de los mismos indicadores. Los grandes cambios constatados en la región desde la adopción del IPM Árabe en 2017, y la necesidad de una medición más dinámica de la pobreza, también han llevado a la CESPAO y a sus socios a trabajar en la revisión del índice. El IPM Árabe revisado resultante es producto de un amplio proceso analítico y consultivo entre numerosas partes interesadas y expertos. Las decisiones tomadas durante la elaboración del índice se basaron tanto en motivos técnicos como normativos. Como señaló Anthony Atkinson, «la medición de la pobreza no es un asunto puramente técnico… las respuestas correctas dependen de puntos de vista influenciados políticamente y, en el fondo, de cuestiones de juicio moral. Están influenciadas por la cultura y la historia» (p. 212).

Las consultas duraron dos años, y culminaron en una reunión con expertos regionales y mundiales en Amán, los días 18 y 19 de diciembre de 2019, donde se acordaron las propiedades básicas del marco revisado. Durante los meses siguientes, el equipo analítico de la CESPAO trabajó en la implementación de todos los detalles empíricos, incorporando comentarios y realizando pruebas de coherencia y solidez en el marco finalizado. En septiembre de 2020, el IPM Árabe Revisado se envió a todos los estados árabes para su revisión formal, y se registraron sus respuestas. El índice se incluyó en la agenda de la Reunión Ministerial de la Liga de los Estados Árabes, donde se debatió. En diciembre de 2020, el IPM Árabe Revisado fue adoptado formalmente por el Consejo Ministerial Social de la LEA como herramienta para el monitoreo y seguimiento de la pobreza multidimensional en la región.

 

Estructura revisada del IPM Árabe

El IPM regional revisado se basa en el marco original del IPM Árabe, al tiempo que se guía por los recientes avances en la investigación de la pobreza multidimensional. La elección de las dimensiones y los indicadores, así como sus respectivos umbrales de privación, se realiza teniendo en cuenta su relevancia para la región, los principios de los derechos humanos, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), así como la disponibilidad de datos entre países. La elección también es producto del proceso participativo interagencial. Se ha prestado especial atención a la mejora del IPM Árabe en las comparaciones entre países, manteniendo la comparabilidad en el tiempo, y captando de mejor manera las manifestaciones de la pobreza que prevalecen en los países árabes de renta media.

La principal innovación del IPM Árabe revisado es su evaluación de la pobreza en los espacios de capacidad material y social, además de la asignación de pesos iguales a esos dos pilares. Este enfoque aporta una representación más completa y equilibrada de la pobreza, sobre todo porque los países árabes han experimentado avances en el bienestar social, pero no tanto en el bienestar material ni en las condiciones de vida. Dentro de los pilares, el elemento de capacidad (o no material) de la pobreza se refleja en las dimensiones de salud y educación. La pobreza material (o de estándar de vida) se refleja en las dimensiones de vivienda, acceso a los servicios y activos. Estas dimensiones están igualmente ponderadas dentro de sus pilares, al igual que los indicadores individuales dentro de las dimensiones. El IPM Árabe revisado se basa, pues, en dos pilares, cinco dimensiones, y 14 indicadores. La clasificación de la pobreza multidimensional se fija en una puntuación de privación del 20%, es decir, los hogares con privación en al menos una dimensión, o con más de una quinta parte de todos los indicadores, se clasificarán como pobres multidimensionales. 

La dimensión de salud incluye tres indicadores: mortalidad infantil, nutrición infantil, y embarazo infantil. En comparación con el IPM Árabe original, lo más destacado es que se han omitido la malnutrición en adultos y la mutilación genital femenina, debido a problemas de cobertura en los distintos países.  El indicador de nutrición infantil también se ha perfeccionado al considerar “un peso por debajo del apropiado” en lugar de “un peso bajo para su estatura”, con el propósito de atenuar los sesgos de la estacionalidad.

La principal innovación del IPM Árabe revisado es su evaluación de la pobreza en los espacios de capacidad material y social, además de la asignación de pesos iguales a esos dos pilares.

La dimensión de la educación incluye tres indicadores: la asistencia a la escuela, la brecha de escolaridad por edad (repetir), y el nivel de estudios alcanzados por los adultos. En comparación con el IPM Árabe original, en particular, la asistencia a la escuela y la brecha de edad en la escolarización se separaron en dos indicadores, ya que reflejan conceptos diferentes que deben abordarse de manera distinta.

La dimensión de la vivienda incluye dos indicadores de idoneidad de la vivienda: hacinamiento y tipo de morada. En comparación con el IPM Árabe original, el hacinamiento se evalúa ahora entre los mayores de 10 años, teniendo en cuenta la importancia de la privacidad de los niños.  La privación en el tipo de morada se amplía para captar mejor las condiciones regionales de la vivienda: ahora se incluyen lugares que no son casas o apartamentos independientes, así como viviendas con suelo o techo no permanentes. 

La dimensión de acceso a los servicios incorpora agua potable y el saneamiento, así como el acceso a la electricidad.

Por último, la dimensión de los activos abarca tres grupos de activos distintos: comunicación, movilidad, y subsistencia. En comparación con el IPM Árabe original, estos grupos de activos se seleccionan no solo por sus funciones individuales, sino que también por sus valores materiales y la disponibilidad de datos. Estos activos pueden servir como indicadores de la mejora de las capacidades individuales para desempeñar determinadas funciones (como la movilidad y la comunicación) y, por tanto, de la mejora en la obtención de determinadas capacidades. La definición refinada mejora la comparabilidad entre países y mitiga los sesgos.

Se considera que el índice revisado capta de mejor manera las múltiples facetas de la pobreza propias de la región, aborda más adecuadamente las limitaciones de los datos, facilita mayores comparaciones entre países, y preserva las comparaciones en el tiempo. El índice revisado refleja el enfoque de las políticas de los gobiernos árabes, que desde hace tiempo se centran en la lucha contra grados moderados de privación, sobre todo porque a principios de la década de 2000 se lograron avances sustanciales en la reducción de la pobreza extrema.

Centrarse en la pobreza moderada también es coherente con la forma en que se establecen las líneas de pobreza nacionales, lo que garantiza la pertinencia de las políticas, y la compatibilidad de las mediciones de la pobreza multidimensional y monetaria. Por último, el índice revisado muestra propiedades deseables con respecto a la validez conjunta del grupo de indicadores (pruebas de redundancia de los indicadores), y la estabilidad de la clasificación de los países con respecto a la elección de las ponderaciones y el umbral de pobreza (pruebas de solidez).

 

Resultados

La incidencia del IPM Árabe revisado va desde el 11,4% en Jordania al 91,1% en Mauritania. La mayoría de los países árabes presentan aumentos en la incidencia de la pobreza utilizando el índice revisado, siendo la tasa de aumento en relación con el IPM Árabe original más alta en los países de ingresos medios, ya que el índice revisado se adaptó para captar mejor la pobreza en ellos. Los mayores recuentos de la pobreza, junto con las menores intensidades de privación media en el marco revisado, se deben a que la estructura revisada incluye un corte de identificación de la pobreza más bajo, lo que capta formas moderadas de pobreza.

La intensidad media de la privación entre los pobres se acerca al 30% en la mayoría de los países, y se aproxima al 50% en dos países árabes menos desarrollados: Mauritania y Sudán. En los 11 países de la región, el 43,6% de los residentes son multidimensionalmente pobres. La intensidad media de la privación es del 33,6%, lo que arroja una puntuación del IPM de 0,164.

En cuanto a la composición de la pobreza, la privación de educación sigue siendo el principal factor que contribuye a la pobreza multidimensional, pero las contribuciones combinadas de los indicadores de vivienda, servicios y activos superan las contribuciones de la salud y la educación en muchos países, lo que sugiere que las ganancias de la región en materia de bienestar material pueden encontrarse por detrás de las del capital humano.

 

Conclusiones e implicaciones

Este artículo ha tenido como objetivo describir tanto los avances en la conceptualización de la medición de la pobreza multidimensional en la región árabe desde el lanzamiento del Informe sobre la Pobreza Multidimensional Árabe de 2017, como el camino hacia la adopción del IPM Árabe revisado por parte del Consejo de Ministros de Asuntos Sociales de la LEA.

Hemos descrito las dimensiones, los indicadores y las ponderaciones del IPM Árabe revisado, señalando las principales diferencias con el IPM Árabe original, y las propiedades deseables del índice revisado. Mediante el uso de las mismas encuestas de hogares incluidas en el primer Informe sobre la Pobreza Multidimensional Árabe, hemos demostrado que el índice revisado arroja mayores tasas de incidencia de la pobreza junto con menores intensidades medias de privación y, por tanto, tasas de incidencia ajustadas de la pobreza muy similares a los del índice original.

El IPM Árabe revisado servirá de base para el Segundo Informe sobre la Pobreza Multidimensional Árabe. Sin embargo, dados los contratiempos sufridos a causa del COVID-19, y los posibles retrasos tanto en la recopilación de datos como en la consulta y el análisis, el trabajo previo al informe se ampliará para seguir cuidadosamente la evolución de la pobreza multidimensional en los países para los que se disponga de múltiples encuestas de salud, y el informe se programará para el año 2023, momento en el que se habrá publicado un conjunto ampliado de encuestas para los países menos desarrollados de la región.

 

 

Este artículo fue publicado en Dimensiones 12

 

 

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