En la última década, distintos países de Latinoamérica y el mundo han iniciado un proceso de renovación de los indicadores y del instrumental utilizado para la medición de la pobreza, complementando las medidas tradicionales basadas en el ingreso, con una medida multidimensional de la pobreza.
Cumpliendo con lo establecido en el programa de Gobierno, Chile se ha sumado a este proceso. En enero de 2015, incorporamos dos innovaciones sustantivas en la medición de pobreza: la revisión y actualización de la medida por ingresos (que no había sido modificada en 25 años), y la introducción de una nueva medida multidimensional, basada en la metodología propuesta por Sabina Alkire y James Foster.
Estos importantes cambios fueron resultado de un proceso amplio de discusión, construcción de consensos y validación técnica que involucró a académicos, representantes de organizaciones de la sociedad civil, organismos internacionales y del sector público.
En este proceso, el Gobierno de Chile contó con el valioso apoyo de OPHI. A través de un programa de asistencia técnica iniciado en 2014, se transfirieron las capacidades y competencias necesarias a los equipos técnicos nacionales que trabajaron en desarrollar, evaluar y validar la medida de pobreza multidimensional. Junto a ello, el aporte de OPHI ha resultado clave para estimular el debate político y académico en torno a la pobreza en Chile, destacando como hitos las visitas y actividades realizadas en el país por los profesores Sabina Alkire y James Foster.
Dando continuidad a este esfuerzo, el Gobierno, a través del Ministerio de Desarrollo Social, asumió el compromiso de seguir perfeccionando la medida multidimensional de pobreza. El principal desafío identificado fue complementar la medición, incorporando carencias relacionadas con el entorno y con las redes sociales con las que cuentan los hogares. La falta de redes de apoyo y de un entorno que provea accesibilidad y condiciones medioambientales sostenibles, constituye una forma de exclusión social que refuerza las privaciones experimentadas en otros ámbitos, tales como educación, salud, vivienda, trabajo y seguridad social.
En el mes de agosto de 2016, presentamos, con la presencia del profesor James Foster, la medida de pobreza multidimensional ampliada, que incluye cinco dimensiones (educación; salud; trabajo y seguridad social; vivienda y entorno; y, redes y cohesión social) y un total de quince indicadores, que fueron medidos por primera vez con datos de la Encuesta Casen 2015 (1) .
Esta medida ampliada no solo enriquece el diagnóstico sobre la pobreza en Chile; también señala la necesidad de evaluar los resultados de las políticas públicas en coherencia con una visión integral del desarrollo y del bienestar de las personas. Asimismo, se convierte en una herramienta valiosa para identificar grupos de población y territorios que, con relativa independencia de sus ingresos, permanecen excluidos de acceder a las oportunidades y bienestar del que disfruta el resto del país.
Ejemplos de la instalación de esta visión son la elaboración de la Política Nacional de Desarrollo Urbano, que potencia la intersectorialidad y actuación concertada de distintos ministerios y servicios públicos a través de la Comisión Interministerial Ciudad, Vivienda y Territorio (Comicivyt). También se observa con la incorporación en la pobreza multidimensional de la situación de niños y jóvenes que no se encuentran asistiendo al sistema escolar, lo que está generando respuestas integrales que apuntan a retener a la población que asiste, prevenir el abandono escolar, y articular una oferta especializada y apoyos sociales para la nivelación de estudios y la reinserción en la educación formal.
Incluir estas carencias no solo significa ampliar la mirada al fenómeno de la pobreza, sino actualizar su diagnóstico y medición en línea con las expectativas y demandas de la ciudadanía y con los compromisos asumidos por Chile ante la comunidad internacional. Ello cobra especial fuerza en la implementación de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible que ha convocado Naciones Unidas, cuyo primer objetivo es “poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo”.
Contar con una medida de pobreza multidimensional, asegurar su continuidad en el tiempo y fomentar su uso como herramienta para orientar el diagnóstico y el diseño de políticas públicas, resulta fundamental para países como Chile, donde hemos optado por un crecimiento sostenible basado en los principios de la justicia y la equidad.
(1) Los primeros resultados de esta medida ampliada de pobreza multidimensional se encuentran disponibles en el sitio web del Observatorio Social del Ministerio de Desarrollo Social
Foto: Sebastián Rodríguez. Presidencia de la República 2014-2018
Publicado en: Edición especial de Dimensiones – Junio 2018