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Reiniciando el IPM global

10 abril, 2019

Por Usha Kanagaratnam, líder del equipo del proyecto del Índice de Pobreza Multidimensional en OPHI. Completó su doctorado y maestría en Sociología en el Departamento de Sociología de la Universidad de Oxford.

Foto: Flickr Zach Damberger | OPHI

El 2018 se convirtió en uno de los años más exigentes y al mismo tiempo estimulantes para el equipo de OPHI. Un logro clave para el equipo fue el esfuerzo colectivo en la revisión del Índice de Pobreza Multidimensional global o IPM, una medida comparable internacionalmente para los países en vías de desarrollo.

La motivación para revisarlo fue el avance que se experimentó, en la última década, en la disponibilidad de datos para medir el desarrollo humano. Para esto, debemos reconocer el trabajo excepcional que llevaron a cabo los proveedores de microdatos tales como el equipo de la Encuesta de Salud Demográfica (DHS, por sus siglas en inglés) y el equipo de la Encuesta Agrupada de Indicadores Múltiples (MICS, por sus siglas en inglés).

Un punto clave del IPM global es su habilidad para medir y capturar las carencias simultáneas experimentadas por cada persona a través de diez indicadores, que están relacionadas con tres grandes dimensiones del desarrollo humano: la salud, la educación y el estándar de vida. La cantidad de personas que experimentan pobreza multidimensional, se obtiene al identificar a aquellos que se encuentran privados en, al menos, un tercio de los diez indicadores ponderados. En general, la metodología Alkire-Foster del índice se ha mantenido igual: tres dimensiones, diez indicadores y un tercio que se establece como el umbral de la pobreza. La revisión de 2018 se centró específicamente en los indicadores, donde cinco de ellos fueron actualizados (resumidos en la tabla más abajo).

El indicador de nutrición infantil fue el más desafiante para llegar a un consenso. La revisión de este indicador significó re-abrir el debate sobre qué indicador captura de mejor manera el estado nutricional de un niño: baja altura para su edad, bajo peso para su edad y/o bajo peso para su altura. El IPM original solo tomo en consideración el bajo peso para la edad de los niños. Sin embargo, luego de consultas a proveedores de datos y expertos en nutrición llegamos a la decisión de identificar a un niño o niña menor de cinco años como privado si estaba con bajo peso para su edad y/o con baja altura para su edad.

En la mitad de los países considerados en el IPM global también se recopilaron datos antropométricos de adolescentes y adultos de 15 a 49 años, o, incluso, más de 49 años en alguno de ellos. En estos países, el indicador de nutrición se basó en la medida de peso inferior al normal en niños menores de cinco años y en la medida del Índice de Masa Corporal (IMC) para todas las personas de 15 años o más. Sin embargo, la medida de IMC se considera menos precisa para los adolescentes debido a su crecimiento esporádico.

Un larguirucho de 16 años de edad puede ser delgado, y por lo tanto, identificado como privado por el IMC aunque su situación corresponda a un fenómeno fisiológico natural experimentado por aquellos que se encuentran en ese grupo de edad. Por esto, es menos probable que se identifique como privada a una persona de estas características si se emplea una medida de IMC que se ajusta según la edad. Como resultado, el indicador de nutrición revisado usa la medida de IMC ajustado por edad para los adolescentes (15-19 años) y el IMC para adultos de 20 años y más. La decisión sobre nutrición en adolescentes y adultos fue sencilla dado que la literatura sobre la medida del IMC y las opiniones de expertos fueron menos divergentes.

El IPM global revisado, lanzado por PNUD y OPHI el 20 de septiembre de 2018, es un logro compartido.

Otro exigente y estimulante debate se centró en la revisión del indicador de mortalidad infantil, con una pregunta en particular que nos golpeó mucho: si una familia que experimentó la mortalidad infantil hace 10 años se ve menos afectada, emocional y financieramente, que una familia que perdió un hijo recientemente. Anteriormente, el índice consideraba cualquier muerte infantil informada sin ninguna condicionalidad temporal. El indicador revisado toma en cuenta las muertes informadas en los cinco años anteriores a la encuesta. La decisión de establecer una condicionalidad de tiempo se tomó en función de su importancia para las políticas públicas, ya que existe un incentivo más fuerte para centrarse en las muertes de niños más recientes que en las muertes que ocurrieron hace algún tiempo. El argumento de la relevancia de las políticas se fortaleció aún más en 2019, cuando también se introdujo un umbral de edad. Ahora, las personas serán identificadas como privadas, en el indicador de mortalidad infantil, si viven en un hogar donde hay algún incidente de muerte entre niños menores de 18 años en los cinco años anteriores a la aplicación de la encuesta.

La revisión que resultó más fácil fue la que llevamos a cabo con el indicador de años de escolaridad. Previamente se identificaba a una familia como privada si ningún miembro hubiese completado al menos cinco años de educación formal. Esto fue modificado a seis años de educación, que, en la mayoría de los países analizados con el IPM global, corresponde a la finalización de la educación primaria.

Una de las revisiones que esperábamos poner en marcha era el indicador de vivienda. Desde 2016, reconocimos la mejora significativa en la disponibilidad de datos relacionados con este indicador. Esto incluye la disponibilidad de información sobre los materiales utilizados para construir las paredes, el techo y el piso de un hogar. La combinación de esta información significó que ahora podemos evaluar la condición habitacional de las casas alrededor del mundo.

En nuestro trabajo anterior, identificamos a las personas como privadas si vivían en hogares que no tenían piso o si el piso estaba construido con estiércol o tierra. En el índice revisado, además de considerar los materiales del piso, también se identifican como privadas aquellas personas que habitan en viviendas sin techo o paredes, o si el techo o las paredes se construyeron con materiales naturales o rudimentarios, como cartón y plástico, para nombrar unos pocos.

El quinto indicador que se revisó, y que, sin duda, pasó por el proceso más largo de revisión, fue el indicador de activos. Anteriormente, el indicador de activos agregados identificaba la propiedad de un automóvil y seis artículos pequeños, específicamente, televisión, radio, teléfono, refrigerador, bicicleta y motocicleta. Los hogares que poseían un automóvil fueron identificados automáticamente como no privados. Los individuos que eran identificados como privados eran aquellos que vivían en hogares que tenían solo uno o ninguno de los activos pequeños.

Después de mucho análisis y revisión de la literatura, la versión revisada del indicador de activos agregados incluyó dos pequeños artículos adicionales: computadora y carreta. El primero refleja el crecimiento tecnológico global, mientras que el segundo muestra la facilidad de la movilidad de las personas y los bienes en las comunidades rurales. La identificación de quienes están privados de activos se mantuvo igual a pesar del aumento en los activos pequeños de seis en la ronda anterior a ocho artículos en la ronda actual.

El cambio nunca es fácil. La apertura del debate sobre cuestiones claves relacionadas con la nutrición, la mortalidad infantil y los activos hizo que este debate pudiera continuar y no llegar a un consenso concluyente. Una exploración en profundidad de los indicadores que capturan mejor la pobreza aguda es un ejercicio válido. Sin embargo, el ejercicio no debe llegar a un punto donde la identificación y estimación global de la pobreza multidimensional no avance en el intento de lograr un consenso.

Se tomaron algunas decisiones difíciles, pero lo que es más importante, hemos sido transparentes en los cambios y las decisiones tomadas en la revisión del IPM global. Caminamos bastante en 2018 en términos de carga de trabajo. Esto solo fue posible gracias a la enorme fuerza y apoyo de miembros del equipo y asociados alrededor del mundo. El IPM global revisado, lanzado por PNUD y OPHI el 20 de septiembre de 2018, es un logro compartido.

Este artículo fue publicado en Revista Dimensiones 6 (pdf).

 

Original en inglés. Nuestros agradecimientos a Anna Valdés (UNV) por la traducción de este artículo.

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