Sudáfrica mide la pobreza tanto a través de un enfoque monetario como multidimensional, siendo su medición oficial de pobreza basada en el primero. Así pues, en política pública, pueden presentarse fenómenos complejos, como la pobreza, de manera elegante con un solo índice compuesto o torpemente con una multiplicidad de índices. Esta última, una tarea incomprensible para el corto período de concentración de los maestros del tuit rápido, es decir, quienes hacen las políticas públicas y los políticos. Ambas posturas son objeto de un profundo debate intelectual que abarca décadas, si no siglos.
Gabriel Demombynes concluyó en 2010 que “aún así, mi principal preocupación a nivel práctico es que el nuevo impulso hacia los índices de pobreza multidimensional absorberá la mayor parte del oxígeno en torno al estudio sobre la pobreza”. Con un espíritu parecido y casi al mismo tiempo, el profesor Charles Meth hizo una crítica similar al Método Alkire Foster para medir la pobreza multidimensional. Este grupo de intelectuales compartía las mismas preocupaciones que Martin Ravallion, quien abogó por medir los índices de pobreza por separado en vez de agrupados unos con otros. No es que estuvieran en desacuerdo con el hecho de que la pobreza es multidimensional, sino que cuestionaban en base a qué se asignan los distintos pesos. ¿Acaso no se trata de agregar peras con manzanas? En la compilación del índice de precios al consumidor, por ejemplo, cada producto que califica para entrar en la cesta se basa en su precio y cantidad de consumo y los pesos son directos.
Sabina Alkire, alumna destacada de Amartya Sen –Premio Nobel por su enfoque de las Capacidades – responde a los críticos de sus índices compuestos de pobreza multidimensional que “el valor añadido del IPM es que captura la superposición entre sus diversos componentes. Pero si una cuarta parte de los niños en un país están desnutridos y una cuarta parte no tiene acceso a agua potable, ¿en qué medida estamos hablando de los mismos niños? En la práctica, es probable que la correlación entre tales medidas sea alta, y la mejor manera de examinar su superposición sería considerándola directamente, por ejemplo, tabulando la desnutrición infantil versus el acceso al agua potable.”
La Reina de Inglaterra dio su reconocimiento a la Dra. Sabina Alkire, directora de OPHI, por su labor primordial en arrojar una visión más precisa sobre la pobreza y cómo puede abordarse en la práctica.
A medida que el debate proseguía, organicé un estudio empírico sobre si existe correspondencia entre las medidas métricas monetarias y los índices multidimensionales en Sudáfrica. Los resultados fueron bastante parecidos, aunque no quedó claro si se trataba de los mismos hogares o mismas personas en dichos hogares. Los argumentos de Alkire resultaron bastante convincentes.
El Método Alkire Foster para generar índices compuestos de pobreza multidimensional ha sido examinado inter pares, ha sido científicamente probado y ha resistido la prueba del tiempo. El 5 de marzo, paralelamente a la 51a Comisión de Estadística de las Naciones Unidas, en Nueva York, el Director General de Estadística de Sudáfrica, Risenga Maluleke, presidió un evento de la Red de Pobreza Multidimensional (MPPN por sus siglas en inglés), compuesta por más de 60 países en todo el mundo, y compartió cómo funciona la pobreza multidimensional como enfoque para el desarrollo.
En Colombia, mediante el uso del sistema nacional de identidad de individuos, la oficina de estadística ha avanzado el método al nivel de desagregación de áreas pequeñas que permite hacer políticas públicas dirigidas a los pobres. En casos como Libia, el método se aplica ahora para incluir la seguridad como medida de pobreza. Mi presentación de las aplicaciones del IPM continentalmente en África se basa en las seis aspiraciones del continente y en cuatro de ellas el IPM resulta relevante. El Mecanismo Africano de Evaluación Interpares (APRM por sus siglas en inglés) en su mandato ampliado de medición y en su extensión geográfica ampliada a 42 países podría usar el IPM para medir lo siguiente: alto nivel de vida, calidad de vida y bienestar para todos los ciudadanos, ciudadanos sanos y bien nutridos, agricultura moderna para aumentar la productividad y la producción, y seguridad. El COVID-19 ha puesto de relieve la cuestión de la resiliencia, una característica central del enfoque de medición de la pobreza multidimensional que está claramente ausente en las medidas monetarias.
OPHI
En noviembre de 2019, la Universidad de Oxford fue una de las 22 instituciones educativas del Reino Unido ganadoras de los premios Queen’s Anniversary por la investigación llevada a cabo por la Iniciativa sobre Pobreza y Desarrollo Humano de Oxford (OPHI). Pero aún más importante, el 20 de febrero de 2020, la Reina de Inglaterra dio su reconocimiento a la Dra. Sabina Alkire, directora de OPHI, por su labor primordial en arrojar una visión más precisa sobre la pobreza y cómo puede abordarse en la práctica. Este viaje de praxis está dando frutos a muchos responsables de la formulación de políticas públicas.
Recientemente se fundó sOPHIa, un lente de pobreza multidimensional que las empresas pueden usar para comprender la pobreza en sus propias instituciones, y en 2019 tuve el privilegio de dirigirme a la Bolsa de Valores de Johannesburgo acerca de esta nueva frontera de investigación que puede profundizar la cohesión social de manera más significativa y abordar el azote de la pobreza.
Quiero felicitar a la Dra. Alkire y al equipo de Oxford por su reconocimiento y por las metodologías de van- guardia y la praxis sobre la pobreza. A través de su trabajo constante, han hecho que las complejidades de la pobreza sean más claras y fáciles de comunicar a los encargados de formular políticas públicas y otros actores que intentan poner fin a la pobreza en todas sus formas.
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