Mucho ha cambiado desde los años de la fundación de OPHI. Y OPHI ha tenido un rol central en varios de estos desarrollos.
En primer lugar, medir el progreso económico y social (o su ausencia) usando diversas medidas que capturen los diferentes aspectos de la condición humana es actualmente aceptado ampliamente, si no respaldado universalmente. En segundo lugar, el antiguo punto de vista de que la prosperidad se basaba en bienes materiales y riqueza, ha sido sustituido por un marco más preciso que sitúa al desarrollo humano y la creación paralela de instituciones efectivas en el centro de la reducción de la pobreza y el progreso económico y social.
En el terreno, a medida que se amplió el conocimiento sobre los principales elementos y las dinámicas de crecimiento y desarrollo, se produjo un progreso sorprendente en la reducción de la pobreza y la expansión de las oportunidades. China, India, y Asia han crecido para convertirse en sistemáticamente importantes, y en el centro futuro de la economía mundial, además de ser las fuentes principales del crecimiento mundial en la actualidad.
El profesor Spence recibió el Premio Nobel de Economía en 2001 por su análisis sobre los mercados con información asimétrica. Es investigador en la Hoover Institution, Philip H. Knight Professor y decano emérito de la Graduate School of Business de la Universidad de Stanford. También es profesor de economía en Leonard N. Stern School of Business de la Universidad de Nueva York. Michael Spence fue uno de los oradores principales en el evento de lanzamiento de OPHI en 2007.
Por supuesto, queda mucho por hacer. Y existen tendencias desafiantes en los aspectos distributivos de los patrones de crecimiento en los últimos 15 años, en las economías en desarrollo y en las desarrolladas, tendencias que han llevado a ganar terreno a las fuerzas centrífugas económicas, políticas y sociales.
Prácticamente bajo cualquier punto de vista, el desarrollo más significativo de la primera década de OPHI ha sido el increíble surgimiento tanto de las oportunidades como de los desafíos relacionados con las tecnologías digitales y su impacto en la conectividad, la disponibilidad de servicios básicos, la estructura de las economías y el empleo, e incluso en las opciones de crecimiento para países en desarrollo que se encuentran en una etapa inicial.
Por último, todos los patrones de crecimiento y desarrollo requieren de ajustes importantes para hacerlos sostenibles de manera colectiva. Esto es crucial para los más pobres en el mundo, ya que son los más vulnerables al cambio climático, a la escasez de agua, y a una serie de otros potenciales problemas. En el marco multidimensional de OPHI, los índices que tienen en cuenta elementos de sostenibilidad han ido asumiendo progresivamente un papel destacado en la iniciativa.
Publicado en: Edición especial de Dimensiones – Junio 2018