La forma en que se analiza la pobreza ha cambiado profundamente durante los últimos diez años. Hace una década, los méritos del enfoque de las capacidades promovido por Amartya Sen fueron ampliamente reconocidos, pero en la práctica, la pobreza se calculaba invariablemente en términos de los recursos materiales en comparación a las necesidades del hogar.
Evaluar la pobreza en términos de las capacidades aún plantea desafíos enormes, pero hoy en día se reconoce universalmente que existen otras dimensiones importantes de la pobreza además de los ingresos o recursos –especialmente, pero no exclusivamente, salud– que deben ser consideradas desde el principio, en lugar de simplemente añadirlas al último momento.
Anthony Shorrocks es director del Global Economic Perspectives (GEP). Fue director del World Institute for Development Economics Research (WIDER) de la Universidad de las Naciones Unidas y profesor en la Universidad de Essex.
OPHI ha sido una fuerza impulsora en esta transformación, no solo liderando el camino con su propia investigación, sino que además convenciendo a las agencias, instituciones e incluso a los gobiernos para que sigan el mismo camino. En esto, ha sido apoyada significativamente por el aumento en la cantidad y cobertura de datos disponibles actualmente y que son de fácil acceso.
Mirando hacia el futuro, los datos y su disponibilidad seguirán siendo centrales para mejorar la forma en cómo se entiende y se evalúa la pobreza. También se necesitará más atención sobre el tipo de datos que se está recopilando para avanzar rápidamente. De manera más crucial, desde mi punto de vista, se deben diseñar políticas radicalmente nuevas que reconozcan nuestra comprensión más profunda del problema de la pobreza y que aprovechen los desarrollos tecnológicos del último medio siglo. Estos han mejorado la vida de tantas personas en el planeta, pero han dejado atrás a muchos otros, como lo documenta el trabajo de OPHI.
Publicado en: Edición especial de Dimensiones – Junio 2018