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Pobreza multidimensional en África Subsahariana

11 mayo, 2017
Foto: TREEAID

En junio de 2016, el Banco Islámico de Desarrollo junto con OPHI publicaron el documento “Evaluación de la pobreza multidimensional en los países de África Subsahariana miembros del Banco Islámico de Desarrollo”. ¿Cómo es la pobreza en esa región? ¿En qué zonas se encuentra la población con mayores carencias? Responder a estas preguntas es clave para elaborar políticas públicas adecuadas en una de las regiones más pobres del mundo.

Lanzado en el año 2010 y publicado por Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) Global evalúa las carencias de las personas de acuerdo a 10 indicadores que están agrupados en tres dimensiones: educación, salud y estándar de vida. En 2015, se estimó el IPM Global para 101 países. Dentro de los países analizados se incluyó a 43 de los 57 miembros del Banco Islámico de Desarrollo (IDB por sus siglas en inglés), entre ellos, los 22 países miembros ubicados en África Subsahariana.

A partir de este análisis se estableció que un total de 264.3 millones de personas viviendo en los 22 países de África Subsahariana mencionados son pobres multidimensionales, es decir, 61.9%.

De los 264.3 millones, 65.3% viven en África Occidental, 17.4% en África del Este, 10.8% en África Central y 6.5% en África del Sur. Debido a su gran tamaño poblacional, Nigeria, país ubicado en África Occidental, concentra un total de 87.4 millones de personas pobres multidimensionales, es decir, un tercio del total de pobres multidimensionales de los países de África Subsahariana miembros del IDB. El país con mayor incidencia (proporción de pobres multidimensionales) es Níger con 89.3% (2012). El segundo es Chad (87.2% en 2010).

Pobreza multidimensional a nivel subnacional

El informe demuestra el poder descriptivo del IPM Global a través de la desagregación por subgrupos y el análisis de las dinámicas de la pobreza. El análisis indica que África Subsahariana debe ser vista no solo regionalmente, sino también país por país y por regiones subnacionales dentro de cada país, porque el nivel, la composición y las tendencias de la pobreza multidimensional varían mucho.

Si bien ningún país IDB presentó una proporción de personas pobres multidimensionales superior al 90%, esto si ocurrió en 39 de las 222 regiones subnacionales de estos países.

La subregión más pobre es Salamat, ubicada al sur-este de Chad y al sur de Sahel, en el límite con la República Centroafricana. Según datos de 2010, el 98% de la población de Salamat es pobre multidimensional. En promedio, cada persona pobre de Salamat tiene carencias en el 73% de los indicadores del IPM, convirtiéndola también en la región subnacional con mayor intensidad de la pobreza. La segunda subregión más pobre es el Este, en Burkina Faso, donde el 97% de las personas son pobres multidimensionales y la intensidad promedio es 72%. Esta descripción a nivel subnacional, a través del IPM Global, sirve para ilustrar esos bolsones de pobreza que son invisibilizados con otros tipos de análisis.

La pobreza multidimensional en África Subsahariana es predominantemente rural (82.2%) y significamente más alta que la pobreza monetaria (73.8%).

 

¿Cómo es la pobreza multidimensional?

El IPM Global también analiza la contribución de cada indicador a la pobreza total. Es interesante ver que la composición de la pobreza de cada país es diferente, lo que también habla de los desafíos que enfrenta cada país respecto a sus propios niveles de pobreza. En países como Gambia, Costa de Márfil, o Burkina Faso, la contribución de los indicadores tiende a ser relativamente igual. En países como Gabón, las carencias en salud son dominantes en el IPM, mientras que las privaciones en educación son las que más contribuyen a la pobreza en Benín y Senegal. Las carencias en el estándar de vida contribuyen al 45% o más del IPM en 10 países, y son las más altas en Uganda, Sudán y Mozambique.

Un total de 264.3 millones de personas viviendo en los 22 países de África Subsahariana mencionados son pobres multidimensionales, es decir, 61.9%.

El informe muestra además que el indicador que más contribuye a la pobreza es el uso de combustibles sólidos para cocinar, seguido por saneamiento inadecuado. Además, las privaciones de electricidad son bastante prominentes en esos países. Las carencias en educación también siguen siendo un desafío, al igual que la mortalidad infantil.

Figura 1. Porcentaje de la contribución de cada indicador al IPM total para 22 países miembros del IDB en África Subsahariana

Como vimos anteriormente, la composición nacional de la pobreza puede ser desagregada por regiones subnacionales para entregar información valiosa sobre las variaciones subregionales de la pobreza que puede ser usada para elaborar políticas públicas focalizadas. Por ejemplo, al analizar la composición de la pobreza en Salamat y Moyen Chari, dos regiones de Chad, vemos que la contribución general de las carencias en educación es mucho más grande en Salamat que en Moyen Chari. En este contexto, en Salamat se requiere de una mayor inversión en educación en comparación a Moyen Chari. El promedio nacional podría esconder estas importantes diferencias.

Cada país podría usar este análisis para entender los matices de los desafíos planteados por la pobreza multidimensional a nivel nacional, y complementar esto con los datos subnacionales mostrando la composición del IPM.

 

Indigencia: los más pobres de los pobres

El informe presenta también datos sobre indigencia para 20 de los 22 países africanos del IDB. Para medirla se ajustaron los umbrales de privación de los indicadores para que cada uno de ellos reflejara niveles de carencias más profundas (p.ej., que existan dos o más niños menores de cinco años que hayan muerto en el hogar, en vez de uno, como se utiliza para el IPM Global). Las personas indigentes son aquellas que experimentan carencias en al menos un tercio de los indicadores según los umbrales de indigencia.

Considerando los 20 países para los que hay información disponible, existe un total de 150 millones de personas indigentes; lo cual representa 36.2% de la población total o 58.8%, de los pobres multidimensionales en estos países.

A su vez, de las personas que han sido identificadas como indigentes, 46.6% han experimentado la pérdida de dos o más niños, 29% tienen al menos un miembro del hogar con severos problemas de desnutrición, 45% no tienen ningún miembro del hogar que haya completado al menos un año de educación, y 41.5% viven en hogares donde ninguno de los niños en edad de ir a la escuela primaria está asistiendo. Además, la mayoría de ellos (89.5%) no tienen acceso a electricidad y el 22.4% no cuentan con los activos mínimos: no tienen bicicleta, radio, teléfono, refrigerador, televisión, motocicleta, ni tampoco auto o camión.

Los resultados indican también que entre los indigentes casi la mitad practica la defecación al aire libre con el sentimiento de vergüenza, miedo, inseguridad y humillación que esto conlleva. Además, 60% de ellos no tiene acceso a agua potable, o la fuente de agua está a más de 45 minutos de distancia (ida y vuelta). 80.3% de los indigentes tiene un piso inadecuado en su casa y casi todos usan combustibles sólidos para cocinar. La triste verdad es que, hasta ahora, ninguno de los indicadores de indigencia ha mostrado ser irrelevante.

Níger no es solo el país más pobre en términos del IPM Global, sino también es el que presenta la mayor incidencia de indigencia entre los países africanos del IDB: 68.8% de su población vive en indigencia. Chad y Burkina Faso también tienen una alta incidencia: 65.8% y 57.5%, respectivamente. Sin embargo, no todos los países africanos tienen altos niveles de indigencia. Gabón, por ejemplo, tiene una incidencia de 3.2%.

 

¿Y ahora qué podemos hacer?

Un tercio de las personas identificadas como pobres multidimensionales vive en los países de África Subsahariana asociados al IDB (considerando los 101 países analizados por el IPM Global en 2015). También, es la región que muestra la mayor incidencia e intensidad de la pobreza. Sin embargo, como se indicó anteriormente, la región debe ser analizada no solo como un todo, sino también país por país y por subregión al interior de cada país porque el nivel, la composición y las tendencias de la pobreza multidimensional varían mucho. Para implementar políticas públicas adecuadas es importante utilizar la información valiosa que entrega el IPM a nivel nacional y subnacional.

Los gobiernos deben enfocar sus programas en disminuir la incidencia de la pobreza, es decir, sacar a la gente de la pobreza, pero también en no dejar a nadie atrás, reduciendo la intensidad de las carencias que experimentan las personas en situación de pobreza. Está claro que se debe fortalecer la inversión en salud, escuelas y servicios públicos en el sector rural. Las políticas públicas enfocadas en las necesidades de los pobres en las áreas rurales pueden tener un impacto mayor en la incidencia e intensidad de la pobreza.

Entre los 22 países de África Subsahariana miembros del IDB, las carencias en los estándares de vida afectan a un alto número de personas, especialmente en combustible para cocinar, saneamiento, electricidad, piso y agua. Al abordar estas carencias se impactará en el IPM, pero también se contribuirá a reducir los aspectos relacionados de la pobreza como son la desnutrición y la mortalidad infantil. Otro gran desafío es la educación.

A partir de este análisis, queda claro que la pobreza tiene muchas caras, desde el saneamiento a la electricidad, desde la educación a los estándares de vida y la salud. Un plan integrado para reducir la pobreza debe ser dirigido y monitoreado nacionalmente, pero los énfasis y las asignaciones deben ser locales. Un IPM basado en los datos del Censo puede usarse para profundizar y entregar información relevante sobre las estructuras de las carencias a nivel aún más desagregado, para informar y comprometer al gobierno local. La respuesta del gobierno a la pobreza multidimensional necesita ser en múltiples niveles, involucrando el gobierno local y el liderazgo nacional.

Para las agencias internacionales es importante reconocer que enfocarse en una dimensión de la pobreza no es suficiente. Es claro que el crecimiento en sí mismo no necesariamente lleva a una reducción de la pobreza multidimensional. Es importante complementar las estrategias de crecimiento con programas multisectoriales específicos de reducción de la pobreza que enfrenten directamente sus distintas dimensiones.

 

 

Nota del editor: Las cifras más recientes de los países incluidos en este artículo podrán ser revisadas en el estudio “Multidimensional Poverty Reduction among Countries in Sub-Saharan Africa”, próximo a ser publicado en Forum for Social Economics.

 

Foto: TREEAID.

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