El diseño de un índice de pobreza multidimensional involucra al menos tres frentes de análisis y discusión: el frente conceptual, que considera la aplicación correcta del método; el frente de las políticas públicas que debe garantizar que el índice refleje las prioridades políticas; y el frente estadístico que tiene que estimar el índice y garantizar su robustez. El resultado involucrará siempre trade-offs entre las preocupaciones conceptuales, de política pública y estadísticas. La definición adecuada del objetivo y los principios orientadores de la medición serán claves para tomar decisiones durante el proceso de diseño e implementación.
Si el objetivo del índice de pobreza multidimensional es estimular una acción, entonces se requerirá no solo un diseño multidimensional sino que será necesario diseñar una arquitectura institucional sólida que apoye y legitime el proceso desde el diseño del índice hasta su implementación.
Después de más de cuatro años de discusiones técnicas, el Gobierno colombiano lanzó, en septiembre de 2011, sus nuevas metodologías de medición de la pobreza monetaria y multidimensional. Bajo la asesoría de la Oxford Poverty and Human Development Initiative (OPHI), el índice de pobreza multidimensional de Colombia (IPM-C) fue introducido por el gobierno como una innovación para complementar la medición de pobreza monetaria.
La suma de un diseño multidimensional robusto y una arquitectura institucional sólida, contribuye a que la medición multidimensional estimule la coordinación de una política pública multisectorial para combatir la pobreza.
Además, el IPM-C fue diseñado al mismo tiempo que el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 por el Departamento Nacional de Planeación (DNP). Entonces, ambas metodologías fueron presentadas como parte de una plataforma de seguimiento de la estrategia de reducción de la pobreza en Colombia para ese periodo.
El caso de Colombia tiene matices interesantes. Para comenzar, es el Estado en su conjunto quien diseña, aplica y en general gestiona el IPM-C. No hay una sola institución a cargo de todas las fases de diseño y aplicación del indicador; son varias las instituciones gubernamentales involucradas en su desarrollo, las que se coordinan y tienen definidas sus responsabilidades. La arquitectura institucional usada en ese país utiliza las especialidades de sus agencias gubernamentales en cada parte del proceso: la función de coordinación está a cargo del Departamento Nacional de Planeación (DNP) quienes realizan el diseño del índice e implementación del proceso de acuerdo a su función de monitoreo de las políticas; el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), como agencia oficial autónoma, se preocupa de las mediciones estadísticas, y la función de implementación enfocada en el diseño de políticas publicas está a cargo del Departamento de Prosperidad Social (DPS). Esta última institución formula y dirige los programas sociales enfocados en reducir la pobreza. Es decir, las responsabilidades del diseño, estimación, diseminación e implementación del IPM-C están definidas claramente (ver figura 1). Cabe destacar que si bien existen estas instancias, el proceso de implementación involucra a una amplia gama de actores: ministerios, instituciones, gobiernos locales y sector privado.
Figura 1. Arquitectura institucional para el Índice de Pobreza Multidimensional de Colombia
Por otra parte, existe una interacción estructurada entre las partes interesadas y las consideraciones técnicas. En Colombia, los actores estratégicos “protegen” a la medición de las presiones naturales de las partes interesadas. Por ejemplo, el proceso de diseño incluye la asesoría y la validación técnica del índice llevadas a cabo por la OPHI. Además, el proceso de estimación involucra a un comité experto (en su mayoría independientes) para garantizar la transparencia y la calidad técnica.
Ademas, en Colombia el proceso de implementación combina el IPM-C con otros indicadores y herramientas. El proceso de seguimiento a nivel nacional incluye no sólo el IPM-C, también considera la pobreza monetaria, el coeficiente de Gini y los objetivos administrativos. Como herramienta de focalización, el IPM-C está siendo usado como criterio geográfico, el que generalmente se combina con otras variables dependiendo del área y objetivo del programa social.
Finalmente, desde un punto de vista conceptual, el índice de pobreza multidimensional representa la noción de carencias múltiples que los individuos u hogares enfrentan al mismo tiempo.
En consecuencia, una solución de política pública requiere de la coordinación entre diferentes sectores para eliminar los distintos tipos de carencias de manera simultánea. En Colombia se lleva a cabo la Mesa Transversal para la Reducción de la Pobreza y la Desigualdad (MTDP), un comité bianual de alto nivel convocado y liderado por el Presidente de la República, donde se da seguimiento a las acciones del gobierno nacional en esa materia. En el comité participan los ministros que están directamente relacionados con la estrategia de reducción de la pobreza, además de los directores de varias instituciones que están a cargo de los programas sociales. En el comité se revisa el tablero de pobreza y desigualdad que tiene cuatro índices estratégicos: el índice de pobreza monetaria, el coeficiente de Gini, el IPM-C, y el número de familias que han salido de la pobreza por medio de la red de protección para pobreza extrema llamada «Red Unidos«.
El caso de Colombia entrega lecciones importantes en cuanto a una buena articulación entre marco conceptual, ejecución estadística e implementación. La suma de un diseño multidimensional robusto y una arquitectura institucional sólida, contribuye a que la medición multidimensional estimule la coordinación de una política pública multisectorial para combatir la pobreza.
[1] Este artículo se basa en el Documento de trabajo No 102 de OPHI llamado “From Multidimensional Poverty Measurement to Multisector Public Policy for Poverty Reduction: Lessons from the Colombian case”, Roberto Angulo. Original en inglés.
Foto: David Álvarez Veloso