Sunita Kishor, figura prominente en el campo de la investigación demográfica y la salud, hizo un valioso aporte como comentarista al reciente taller de expertos sobre cómo mejorar la recopilación y disponibilidad de datos de pobreza y bienestar multidimensionales. Como directora del Proyecto de Encuestas Demográficas y de Salud (DHS por sus siglas en inglés), su experiencia es muy valorada en la exploración de las complejidades de la medición de la pobreza y el bienestar. En esta entrevista, Kishor comparte sus ideas sobre la necesidad imperiosa de equilibrar la factibilidad con la perfección en la recopilación y el análisis de datos.
El taller de expertos se centró en indicadores potenciales en nueve dominios del desarrollo humano. Desde su perspectiva, ¿cuál sería la mejor manera de explorar nuevos dominios y preguntas sobre el desarrollo humano? ¿Cómo podrían las actuales fuentes de datos, como el DHS, contribuir a explorar esas dimensiones?
La exploración de nuevas dimensiones, idealmente, requiere de revisiones de la literatura (en este caso, y de acuerdo con las presentaciones del taller, en gran parte ya realizadas), de estudios cualitativos en profundidad y/o de pilotos de algunas preguntas clave, incluyendo pruebas cualitativas y de campo. Para ser comprehensivas, eventualmente habría que ejecutar un programa para la encuesta del IPM por separado. Todas estas son actividades costosas y que consumen tiempo, naturalmente. De no ser factible montar un programa dedicado a la encuesta para el IPM, entonces una opción realista sería identificar y usar datos existentes sobre estos nuevos y amplios dominios.
De los nueve dominios, varios están al menos parcialmente cubiertos en diferentes encuestas (incluyendo DHS/MICS) y estudios en profundidad.
Al explorar los datos existentes, será importante no dejar que lo ‘perfecto’ o ‘ideal’ sea enemigo de lo que resulta factible según lo que esté disponible.
Eso significa que es necesario usar lo que ya existe, y que sólo si es absolutamente necesario, se podrán proponer ajustes o adiciones menores a preguntas existentes para acercarse a datos que puedan ser más ‘perfectos’.
Bajo el DHS-9 (abril 2024-abril 2029), las necesidades de datos del país, más que nunca, impulsarán modificaciones (inclusiones/exclusiones) en el cuestionario. Simultáneamente, hay presión para intentar reducir la longitud de los cuestionarios y, como mínimo, no aumentarla. Esto significa que cualquier adición necesitará una eliminación correspondiente, ¡una tarea difícil!
El taller tuvo como objetivo explorar formas de complementar el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) global existente con una medida de pobreza multidimensional ‘moderada’ a escala global. ¿Qué propone para lograr este objetivo y qué desafíos prevé en su implementación?
El actual IPM, incluso en países de bajos ingresos, está capturando la pobreza extrema. Dado esto, hay dos posibilidades: usando datos existentes/disponibles, cambiar los umbrales para las variables actuales relevantes para capturar más pobreza (y no solo a los más pobres entre los pobres) en países de bajos ingresos, y probablemente también los hogares más pobres en países de ingresos medios. El cambio de los umbrales de algunos indicadores, pudiera significar la necesidad de reemplazar otros por completo.
Los indicadores deben ser relevantes para la mayoría de la población
La otra opción es replantear el IPM para expandirlo e incluir nuevos indicadores clave para varios de los dominios que reflejen un mundo donde lo que significa ser pobre ha cambiado. Por ejemplo, en el mundo actual, incluso cosas como estar desconectado de Internet, no tener acceso a abortos seguros, son desafíos nuevos o re-emergentes. Pero entonces surge la pregunta: ¿de dónde vendrán estos datos a nivel de hogar? Algunos de estos indicadores, por ejemplo, el uso de Internet, estarán en DHS, pero claramente no todas las variables necesarias. Sin embargo, la mayoría de las encuestas globales también deben continuar respondiendo a necesidades emergentes. Por lo tanto, tal vez con el tiempo, se dispondrá de datos sobre muchos más de estos indicadores.
El taller también tocó la medición de nuevos aspectos de la pobreza, como las privaciones relacionadas con la brecha digital o las vulnerabilidades ambientales. ¿Cómo visualiza integrar estas dimensiones emergentes de la pobreza en los marcos de medición existentes y cuáles son las consideraciones clave para hacerlo?
De las dimensiones emergentes, algunas son más propensas a integrarse en encuestas cuantitativas nacionales, como DHS; otras pueden necesitar ser medidas de manera más tangencial debido a su naturaleza. Por ejemplo, la brecha digital es una que puede medirse a nivel del hogar de manera relativamente sencilla en términos de acceso y uso por parte de mujeres y hombres en el hogar. Como dije antes, DHS ya tiene preguntas sobre la propiedad de teléfonos celulares y el acceso/uso de Internet. Sin embargo, las vulnerabilidades ambientales son un área que será difícil de medir directamente a través de preguntas a los miembros del hogar.
El problema realmente es que, si bien puedes medir las vulnerabilidades del hogar en áreas específicas (por ejemplo, pérdida de ingresos; pérdida de cultivos; pérdida de medios de vida, privación de alimentos), los datos no podrán decirte si esto es el resultado de problemas ambientales o debido a otras razones (inestabilidad política, guerra, etc.).
Una encuesta podría preguntar algo como: ¿Por qué crees que esto te ha sucedido? Pero las respuestas reflejarían en gran medida la percepción. Para observar la contribución de los problemas ambientales, creo que, en la mayoría de los casos, necesitarías superponer datos de indicadores ambientales (por ejemplo, cambio en las temperaturas, cobertura arbórea) en el área geográfica donde se encuentra el hogar. Para que esto sea efectivo en todas las encuestas y estudios, necesitarías información GPS como parte de los datos del hogar. Considerando la sensibilidad creciente de los países a liberar cualquier dato, la información GPS es aún más vulnerable a ser suprimida.
En DHS, usamos un proceso estándar para usar datos GPS protegiendo la confidencialidad de los hogares y los conglomerados de muestreo, pero los datos siguen siendo de acceso público.
Una de las ideas destacadas durante el taller fue la intensa competencia que enfrentan los proveedores de datos por un espacio dentro de los cuestionarios. ¿Cómo sugiere priorizar las preguntas a la vez que se asegura una cobertura integral de los aspectos de la pobreza multidimensional y el bienestar?
Algunos elementos clave de una estrategia sería que la demanda por datos de parte de los países incluyera el cómo los usarían para la formulación de políticas; los indicadores no deben ser aspiracionales, sino accionables—no ‘bonitos de saber’ sino bien definidos con un denominador y numerador claro que resuene en los gobiernos para que puedan ser utilizados inmediatamente en el ámbito de las políticas públicas.
Los indicadores deben ser relevantes para la mayoría de la población, resguardando que haya un número suficiente de casos de forma que puedan desglosarse por diversas características conservándose una cantidad suficiente en cada categoría.
Hay que centrarse solo en la información que sea clave: en la punta del iceberg que revela que hay un iceberg, y no en la totalidad del iceberg.
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