Elina Scheja es la economista jefa de la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (Sida), organismo del gobierno de Suecia a cargo de la implementación de políticas de cooperación y desarrollo. A nombre del Parlamento y del Gobierno suecos, la misión de Sida es “permitir que la gente que vive en pobreza y bajo opresión mejore sus vidas”. Sida “favorece el desarrollo que da la prioridad a los más pobres del mundo, con una visión que salvaguarde los derechos de cada individuo, y les dé la oportunidad de vivir una vida digna”.
Actualmente, Sida trabaja bilateralmente con 37 países, en áreas como: igualdad de género, medioambiente y cambio climático, seguridad agrícola y alimentaria, conflicto, paz y seguridad, además de ayuda humanitaria. En la base del trabajo de Sida hay un acercamiento multidimensional a la pobreza. En esta entrevista, Elina Scheja nos habla sobre Sida y su misión.
¿Qué hay detrás del enfoque de Sida para hacerle frente a la pobreza multidimensional?
Pienso que sería justo decir que Sida ha sido pionera en el trabajo con la pobreza multidimensional. Lo hemos estado haciendo desde los años 60, y ha sido parte de la misión de Sida el tener una amplia mirada sobre el tema de la pobreza. Recientemente, al principio de este nuevo milenio, Sida elaboró un documento sobre cómo vemos la pobreza en sus diversas dimensiones.
Este documento se llamó “Perspectivas sobre la pobreza”, y esbozaba una visión sobre la pobreza que se asemeja al enfoque basado en capacidades. Abarcaba el bienestar material como base, pero también incluía las capacidades y las oportunidades que dan forma a nuestra vida, nuestro poder y voz para elegir aspectos de importancia fundamental para nosotros mismos.
Fue también por entonces que el gobierno formuló una nueva política para el desarrollo global, que no solo se aplica a la Cooperación Sueca para el Desarrollo, sino que también se aplica a todas las áreas de las políticas públicas en Suecia.
¿Cómo los ODS han enriquecido este marco de la pobreza multidimensional?
Suecia cree firmemente en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nuestro trabajo se enmarca en ellos, y nos esforzamos en hacer una contribución significativa para su logro. Al mismo tiempo, los ODS, junto con otros cambios políticos y de contexto, nos han inspirado a que actualicemos nuestra propia comprensión de la pobreza multidimensional, a medida que diversas agendas se unen para reformular nuestro pensamiento.
Los ODS llegaron el 2015 a la agenda internacional. Por ese entonces, el gobierno de Suecia introdujo una nueva estructura de políticas públicas para la cooperación y el desarrollo, lo que proporcionó un marco holístico para la cooperación internacional. Luego, el contexto del desarrollo y el mundo alrededor de nosotros habían cambiado desde los anteriores objetivos fijados sobre la reducción de la pobreza. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) respecto de reducir la pobreza en un 50 % ya se habían alcanzado y sobrepasado, pero aún enfrentábamos la situación de quienes se habían quedado atrás. Estábamos en un mundo diferente que necesitábamos entender mejor, por lo que se requerían nuevos enfoques.
Con este espíritu, en el año 2016, Sida se embarcó a rediseñar un nuevo marco analítico para la pobreza multidimensional, que denominamos ‘Dimensiones de la pobreza’, el cual se lanzó en 2017. Nos tomó casi dos años de discusión con nuestras oficinas en distintos países y con los departamentos encargados de diversas temáticas antes de que llegásemos a una definición. Y pienso que era necesario tener esas discusiones de modo que la organización pudiera llegar a buenos resultados.
El nuevo marco de la pobreza multidimensional de Sida es nuestra concepción de lo que significa el primer objetivo de los ODM: “terminar para siempre con todas las formas de pobreza en todas partes”.
¿Cuáles son las dimensiones de la pobreza en el marco de Sida?
Reconocemos cuatro dimensiones de la pobreza. Una se refiere a los recursos, que son algo valioso y se invierten en las personas. Se considera el ingreso, junto con los logros de educación, salud, y bienes materiales e inmateriales.
La segunda dimensión es acerca de las oportunidades para elegir, es decir, las que se tienen para construir nuestra propia base de recursos y utilizarlos para ayudarnos a salir de la pobreza. Se incluyen el empleo y las oportunidades de tener acceso a servicios sociales, como la educación.
La tercera dimensión es el poder y la voz, lo que significa tener la capacidad de ejercer influencia sobre las decisiones que son de importancia fundamental en nuestras vidas. Este punto tiene que ver con la antidiscriminación y la toma de decisiones, no solo en la esfera política, sino que también en la comunidad y en el hogar.
La cuarta es la seguridad humana, que se relaciona con la violencia sexual, física y psicológica o con las amenazas de violencia que limitarían nuestras oportunidades de vivir una vida digna. La incorporación de la seguridad humana a las otras dimensiones con que habíamos estado trabajando se produjo por los cambios en el escenario de cómo se ve la pobreza. Hay una mayor concentración de la pobreza en contextos frágiles y de conflicto, así que se consideró que este aspecto de la pobreza no estaba bien reflejado en las otras dimensiones.
En Sida hemos estado reestructurando nuestro financiamiento para el desarrollo, a la luz de lo que hemos descubierto sobre cómo el COVID-19 afecta a la gente que vive en pobreza, incluyendo los “nuevos pobres” que están en riesgo de caer en la pobreza.
Las preguntas principales que buscamos responder en nuestro marco son: ¿quiénes están viviendo en la pobreza, y cómo se ve la pobreza en estas dimensiones? Además, nos preguntamos por qué se llegó a esta situación cuando analizamos el contexto del desarrollo, incluyendo factores políticos, institucionales, económicos, sociales, de paz y de conflicto, junto con los ambientales.
Estos elementos, que están fuera del control del individuo, constituyen trampas para la pobreza. Se puede decir que esas dimensiones definen nuestra comprensión de lo qué es la pobreza multidimensional, mientras que los diversos contextos proporcionan un marco analítico para entender las limitaciones preexistentes que hacen que la gente siga en la pobreza.
¿A quiénes se considera pobres en este marco?
Según Sida, una persona que vive en la pobreza es pobre en recursos, y pobre en una o varias otras dimensiones. Así pues, tomamos la pobreza de recursos como punto de partida, pero ampliamos la definición a las otras dimensiones. Pensamos que los recursos están conectados firmemente a las otras dimensiones de la pobreza, las que juntas dan forma a la situación que mantiene a la gente en pobreza.
Pienso que el enfoque anterior, que se centra solamente en la dimensión de los recursos, es posiblemente donde nos extraviamos en primer lugar, y la razón por la cual el 10% de la población del mundo todavía vive en pobreza por ingresos. Pienso que es porque no hemos visto las otras dimensiones interconectadas, y las limitaciones que sufre la gente viviendo en pobreza.
¿Cómo opera este marco en el terreno?
Es importante destacar que este marco considera diversos contextos. Dentro de dichos contextos, podemos definir quién es más pobre que los demás. Puesto que estamos trabajando en países muy diversos, estamos conscientes de que la situación en Colombia no se parece mucho a la de Mozambique.
El marco también proporciona una herramienta para tener un diálogo con nuestros socios y otros interesados a nivel del país. Los países tienen distintas definiciones de la pobreza; ésta es nuestra manera de analizar y de entender la pobreza multidimensional, pero no la imponemos a los demás. En cambio, quisiéramos tener una discusión sobre cómo la pobreza se manifiesta ante diferentes grupos de personas, con el fin de alcanzar un entendimiento común de la situación actual, identificar prioridades, y encontrar caminos que ayuden a salir de la pobreza.
Para salirnos de un marco conceptual e ir a su uso aplicado en nuestras operaciones, lanzamos una caja de herramientas para el análisis de la pobreza en 2018, y tales herramientas se están actualizando con la experiencia acumulada en nuestras oficinas en terreno. Las guías metodológicas se han puesto al día desde la aparición del COVID-19. Esta caja de herramientas tiene un eslogan: haga que el modelo funcione para usted. Los equipos de los países tienen permiso para ajustar el marco y hacer sus propias variaciones, dependiendo del contexto del país.
Comenzamos con algunos países pilotos, y preguntamos: ¿cómo se ve el diálogo en su país?, ¿cuáles son los problemas principales?, ¿y qué problemas le gustaría destacar? Les pedimos que vieran sistemáticamente todas las dimensiones, pero ellos podían darles prioridad dependiendo de si era un país en conflicto o no, o de cómo se veía la situación. Ahora hemos pasado de algunos países pilotos a la implementación general de este tipo de pensamiento. Casi todos los equipos de los países han hecho su primer análisis de la pobreza multidimensional, y muchos están poniéndose al día en sus análisis, dado los cambios en curso durante la pandemia mundial. El marco para el Análisis de la Pobreza Multidimensional (MDPA por sus siglas en inglés) realmente nos ha ayudado a estar alertas, y preguntarnos cómo los cambios que vemos impactan las distintas dimensiones de la pobreza.
¿Cuáles son las ventajas de trabajar con este marco?
El cambio principal y el objetivo de hacer esto es, en primer lugar, que en Sida nos hemos hecho más fuertes en responder a los desafíos del desarrollo, y en entender por qué la pobreza todavía existe en estos días y época cuando tenemos excesos de bienes materiales y bienestar.
El marco permite que nos hagamos cargo de la complejidad, y que construyamos teorías del cambio para romper los núcleos y las trampas de la pobreza que todavía existen. Incluso ahora, en tiempos de una pandemia global, el marco ha sido lo bastante flexible como para acomodarse a los cambios en curso, y ayudarnos a analizar los diversos mecanismos a través de los cuales se ve afectada la gente que vive en pobreza.
Como mencioné antes, aunque usted se enfocara solamente en una parte de la pobreza, como por ejemplo la pobreza monetaria, es importante darse cuenta de que la razón principal por la que todavía hay gente atrapada en la pobreza monetaria puede que no se halle en ese ámbito. Puede ser que la base sea la discriminación, puede que haya limitaciones a sus capacidades, y lo que importa es ver qué hay realmente detrás. En verdad, yo creo en la gente que vive en pobreza, y creo en su agencia. Si tienen la oportunidad de salir de la pobreza por ellos mismos, lo harán.
A propósito del COVID-19, muchas organizaciones internacionales han estimado que millones de personas podrían caer nuevamente en la pobreza debido a la pandemia global: ¿Cuáles son las respuestas y planes que contempla Sida para enfrentarla?
Pienso que la pandemia mundial, y todos los cambios que ha causado, hacen aún más necesario un análisis multidimensional de la pobreza. En un período de tiempo corto, se espera que el número de gente que vive en pobreza monetaria extrema aumente rápidamente, ya que muchos ya estaban apenas sobre la línea de la pobreza y experimentaban varias otras privaciones que los hacen vulnerables a la pobreza cuando los golpea una crisis. Lo anterior hace que sea muy importante entender cómo se superponen las privaciones y las limitaciones estructurales que empujan a la gente caer en la pobreza.
Hemos ajustado nuestras directrices de MDPA con el objetivo de analizar los cambios que son específicos para la situación actual, y también hemos notado que muchos de los problemas que vemos no son realmente nuevos, sino que eran puntos débiles que pudimos identificar en análisis anteriores de MDPA. Es como si el COVID-19 estuviera funcionando como una lupa que delata las debilidades estructurales que deben entenderse de mejor forma para reducir la pobreza sosteniblemente.
En términos más concretos, en Sida hemos estado reestructurando nuestro financiamiento para el desarrollo, a la luz de lo que hemos descubierto sobre cómo el COVID-19 afecta a la gente que vive en pobreza, incluyendo los “nuevos pobres” que están en riesgo de caer en la pobreza. Asimismo, hemos permitido que nuestros socios sean flexibles, atendiendo las necesidades que haya en terreno. Hemos entrado en contacto con todos nuestros socios, preguntándoles qué cambios ven en el contexto en que trabajan, puesto que la situación varía mucho.
Como la modalidad preferida de Sida es dar apoyo de base, con frecuencia hemos podido ajustar las actividades dentro de nuestros programas ya existentes, y con nuestros socios, para ajustarnos mejor a las necesidades actuales. Por ejemplo, un programa que trabaja con periodistas para promover la libertad de expresión, para movilizar rápidamente a los medios para entregar la información correcta sobre el lavado de las manos y otras medidas preventivas.
Además de cambios dentro de los programas, Sida también ha aumentado la ayuda a los esfuerzos humanitarios, y ha respondido a las llamadas urgentes de ayuda que se le han hecho. A pesar de que la economía sueca ha sido golpeada por las consecuencias económicas de la pandemia del COVID-19, su gobierno está comprometido con la meta de asignar un porcentaje del PIB a la ayuda para el desarrollo, y se espera que el presupuesto de Sida aumente levemente para el año próximo.
Más información sobre la caja de herramientas de Sida.
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