Indicadores específicos sobre niños para Índices de Pobreza Multidimensional

Los Índices de Pobreza Multidimensional (IPM) se basan en datos de encuestas de hogares que proporcionan información sobre las múltiples carencias experimentadas por los hogares y las personas. Desafortunadamente, los vacíos en los datos disponibles siguen siendo una limitación importante para la construcción de los IPM. Entre otros problemas, a menudo faltan indicadores clave que capturen la magnitud e intensidad de las carencias experimentadas por los niños.

Recientemente realizamos un ejercicio de curatoría con el objetivo de seleccionar un conjunto pequeño de indicadores de carencias en niños. Se buscó los que fueran robustos, probados, validados, y con potencial para ser utilizados en el diseño de IPM en países de ingresos medios y altos (MICs/HICs por sus siglas en inglés).

La curatoría se basó en una revisión exhaustiva de módulos de encuestas, así como en las aplicaciones del IPM. A partir de esto, se preparó un documento de trabajo para el taller “Mejorar la recolección y la disponibilidad de datos sobre pobreza multidimensional y bienestar” que tuvo lugar en Oxford a principios de 2024. En este artículo, se resumen algunas de las lecciones clave.

 

¿Por qué son importantes los indicadores específicos para niños?

Muchas razones apoyan la lógica de incluir indicadores específicos para niños en las medidas del IPM.

• Oportunidades futuras en la vida: Las privaciones en la infancia tienen un impacto perjudicial en las capacidades futuras, perpetuando el círculo de la pobreza. A su vez, a nivel de país, el bajo capital humano constituye una barrera para el desarrollo económico y otros resultados deseables del desarrollo.
• Bienestar infantil: Los indicadores específicos para niños reflejan las particularidades que adquiere el bienestar en esta población, revelando problemas que se pasarían por alto de considerarse únicamente indicadores pensados para la población adulta o diseñados a nivel de hogares, en una medida de pobreza multidimensional.
• Derechos del niño: La pobreza infantil es una violación a la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN). Los indicadores específicos para niños permiten el monitoreo de los derechos de los niños.
• Perspectiva de ciclos vitales: Al elegir indicadores, es importante considerar las etapas del ciclo de vida de la infancia, incluidas las perinatales, neonatales, la infancia, la edad preescolar, la edad escolar y la adolescencia. Las carencias se manifiestan de diferentes maneras según cada etapa del ciclo de vida. Los indicadores específicos para niños tienen como objetivo capturar esta diversidad.

 

¿Cuáles son los indicadores específicos para niños existentes en los IPM nacionales?

Una amplia gama de indicadores específicos para niños se ha incluido en los IPM nacionales existentes. Los seis indicadores infantiles más comunes son la asistencia escolar (33 países), la nutrición (15 países), el retraso escolar (12 países), la seguridad alimentaria (12 países), la mortalidad infantil (10 países) y el trabajo infantil (10 países). La inclusión de estos indicadores a menudo está limitada por la disponibilidad de datos. Este es el caso de la nutrición y la mortalidad infantil. Éstos no siempre se recopilan por lo que con frecuencia están ausentes de las medidas del IPM.

Hay indicadores adicionales que aparecen en otros IPM específicos para niños (Bután, Bangladesh, Nigeria, Panamá, Tailandia y Sri Lanka), o en el IPM regional árabe. Estos incluyen el si los niños viven con sus padres o no, la inversión en desarrollo cognitivo, la lactancia materna, la seguridad infantil, el embarazo adolescente o la mutilación genital femenina.

Un estudio de UNICEF sobre pobreza infantil en Europa incluye además acceso a ropa y zapatos, libros en el hogar, juegos (interiores/exteriores), actividades sociales, tenencia de un computador o teléfono móvil y acceso a internet. Eurostat utiliza los datos de las

Estadísticas de ingresos y condiciones de vida de la UE (EU-SILC) para producir indicadores específicos para niños sobre necesidades básicas y necesidades no satisfechas en relación a exámenes o tratamientos médicos, aunque sólo cada tres años.

 

¿Cuáles son los desafíos pendientes?

Las brechas en la disponibilidad de datos siguen siendo el principal desafío, en gran parte, porque los IPM nacionales a menudo se basan en encuestas nacionales de hogares diseñadas para otros fines.

Aunque las encuestas pueden contener algunos indicadores para niños, persisten vacíos para algunos tramos de edad. Por ejemplo, las encuestas pueden incluir datos sobre asistencia escolar para niños en edad escolar, pero no incluir educación durante la primera infancia, clave para el desarrollo cognitivo y psicosocial de los niños. Algunos indicadores de salud o nutrición pueden estar disponibles para niños menores de cinco años, pero las encuestas a menudo carecen de datos sobre la situación de salud de los niños mayores.

Aun no se incluye con frecuencia en las encuestas de hogares multi-temáticas, conjuntos de preguntas orientados a medir el nivel alcanzado de desarrollo infantil. Siendo más fácil medir la asistencia escolar, se requieren esfuerzos adicionales si lo que se busca medir es aprendizajes tales como habilidades de lectura o numéricas, o el desarrollo cognitivo durante la primera infancia (tal como lo recomienda el artículo sobre educación de esta edición).

Los programas de encuestas, incluidos UNICEF – Encuestas de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS por sus siglas en inglés), el Proyecto Young Lives y EU-SILC, están invirtiendo para probar y validar preguntas que midan mejor algunas de estas dimensiones faltantes. Ejemplos prometedores incluyen el Índice de Desarrollo Infantil Temprano 2030 y el módulo de disciplina revisado para UNICEF-MICS7.

Existen módulos de encuestas validados, pero que solo han sido implementados y probados en contextos específicos. Este es el caso de indicadores muy prometedores desarrollados por EU-SILC, como la escala de nivel de vida y de carencias materiales.

Se necesitan más validaciones para asegurar que los módulos sean confiables en otros continentes o países con diferentes niveles de desarrollo y características culturales.

Los indicadores que resultan relevantes en algunos contextos pueden no funcionar en otros donde la ocurrencia de tales privaciones sea muy rara. Por ejemplo, el matrimonio infantil es infrecuente en los países de altos ingresos, pero el embarazo en adolescentes sigue siendo un tema de preocupación.

De manera similar, la cobertura de la vacunación puede ser casi total en un país, pero otras carencias en salud pueden seguir siendo problemáticas entre niños y adolescentes.

Al elegir los indicadores específicos para niños, es importante verificar quién responde el cuestionario y si esto pudiera estar introduciendo un sesgo. Por ejemplo, las preguntas sobre el estado de salud o sobre la disciplina reportadas por adultos en nombre del niño, pueden no proporcionar información precisa.

El período de referencia también es relevante en las medidas de IPM. A menudo se utiliza el recuerdo de la última semana o las últimas 24 horas como referencia para asegurar así que los encuestados logren recordar y reportar con precisión. Sin embargo, períodos de referencia tan cortos resultan problemáticos cuando el objetivo del IPM es monitorear la pobreza durante períodos más largos y proporcionar una estimación anual.

En última instancia, las razones normativas para incluir indicadores específicos para niños deben ser observadas cuidadosamente. La Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño, así como el marco de medición de los ODS, proporcionan una buena referencia para esto.

 

Una batería de indicadores y preguntas específicos para niños

La sección de educación de esta edición de Dimensiones propone la inclusión de tres indicadores para niños que son clave: (1) un indicador refinado sobre asistencia escolar (2) la inclusión de preguntas sobre las razones del ausentismo escolar y, más importante aún, (3) una medida de la calidad de la educación primaria. También recomendamos medir el acceso a la educación preescolar por medio de un conjunto de preguntas similares a las utilizadas por el EU-SIL. Una serie de investigaciones, incluyendo la evidencia generada por el proyecto Young Lives, enfatiza la importancia de la educación preescolar para el desarrollo cognitivo y psicosocial por su impacto sobre las desigualdades futuras.

Para complementar los indicadores sobre mortalidad infantil y desnutrición de la dimensión de salud, proponemos incluir dos indicadores también frecuentemente utilizados por EU-SILC.

Esto requiere de una batería corta de tres preguntas para identificar necesidades no satisfechas referidas a exámenes o tratamientos médicos o dentales no realizados. También se propone un conjunto corto de una a tres preguntas para medir el estado de salud y enfermedades crónicas.

La dimensión de protección infantil a menudo se encuentra ausente en las encuestas de hogares multi-temáticas, excepto en aquellas que se centran en los niños, como UNICEF-MICS. Las razones normativas para incluir tales indicadores se basan en la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño y, de hecho, se incluyen como indicadores principales en la medición de los ODS.

Nuestra propuesta es incluir un conjunto corto de preguntas de la encuesta MICS siguiendo las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para medir:

• Trabajo infantil (1 a 11 preguntas, dependiendo de la precisión buscada)
• Matrimonio infantil y unión temprana (3 a 7 preguntas)
• Embarazo en adolescentes (1 a 4 preguntas)
• Parto y registro de nacimiento (2 preguntas).

Finalmente, proponemos un conjunto de indicadores relacionados con los estándares de vida de los niños, incluyendo la escala de nivel de vida y carencias materiales del EU-SILC (1 pregunta con 13 ítems), y el comúnmente utilizado indicador de Jóvenes Nini (2 a 20 preguntas dependiendo del nivel de precisión).

El resultado final es un módulo corto con 30 preguntas, o hasta 69 dependiendo de la precisión de la medición. Éste complementaría la información ya existente, agregando nueve indicadores específicos para niños que son relevantes para la mayoría de los países de ingresos medios y altos.

 

Este artículo fue publicado en Dimensiones 16