¿Cuál es la relación entre el uso de la tierra y el alivio de la indigencia multidimensional en Mozambique? ¿Qué lecciones podemos sacar para un contexto más amplio que el de Mozambique, respecto de tendencias regionales hacia la escasez de tierras en el África subsahariana y en otras regiones? ¿Qué significan estas relaciones para los formuladores de políticas públicas*?
Los economistas que estudian el desarrollo enfatizan el valor del acceso a los bienes de producción, tales como los recursos forestales y las tierras, mediante los cuales las personas pueden encontrar salidas a su situación de pobreza. Cuando las familias tienen acceso a tales recursos, la intensificación del uso de la tierra (IUT), que consiste en mejorar la productividad o la rentabilidad de una determinada área de terreno, tiene el potencial de aumentar la calidad de vida rural.
El uso de la tierra se intensificará en el África subsahariana, y habrá un aumento de la presión de la población rural junto con competencia entre inversionistas nacionales y mundiales; gran parte de la tierra disponible que queda se concentra en unos pocos países. Se sostiene por muchos que la reducción de la pobreza en el África subsahariana depende en gran medida de los estímulos que se den al crecimiento de la agricultura; se espera que la expansión de las tierras de cultivo sea necesariamente para el desarrollo de pequeños agricultores de la región. En forma simultánea, la energía proveniente de la biomasa (especialmente del carbón vegetal y la leña) es la fuente combustible más importante del África subsahariana, y tiene un papel preponderante en el crecimiento económico de la región.
Sin embargo, ¿cuáles son los costos y beneficios medioambientales y sociales de la IUT? Muchas familias rurales dependen estrechamente de las áreas forestales y de los servicios ecosistémicos derivados de los bosques, como lo son los suelos productivos, los alimentos y la madera. La causa mayor de la deforestación en el África subsahariana es la conversión de tierra hacia la agricultura. Paralelamente, la energía proveniente de biomasa es una gran responsable de la degradación de los bosques y las zonas boscosas. A pesar de que las mejoras en las vidas rurales son una suposición implícita de la IUT, y que hay evidencia de resultados positivos en su bienestar, existe preocupación de que los impactos medioambientales negativos asociados puedan perjudicar las vidas rurales.
Muchas áreas rurales del África subsahariana presentan altos niveles de pobreza multidimensional, como lo informa el Índice de Pobreza Multidimensional Global (IPM) del 2018 y 2019. Por lo tanto, comprender cómo el bienestar de las personas cambia con la IUT es clave en la consecución del desarrollo global, en especial porque los servicios ecosistémicos apuntalan muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Además, junto con el imperativo de los ODS respecto de “no dejar a nadie atrás” y de terminar con la pobreza en todas sus formas y dimensiones, es de suma importancia contar con un análisis desagregado de la IUT y de la pobreza multidimensional, con el propósito de identificar a los grupos más vulnerables e indigentes, para conocer cómo usan, acceden y dependen de los recursos.
Mozambique conserva un excedente de tierras disponibles para la intensificación, lo cual dio una oportunidad para examinar cómo el bienestar de los más pobres entre los pobres, “los indigentes” cambiaba con la intensificación de las tres vías de la IUT que ocurren con frecuencia en dicha región, cuando hay condiciones de abundancia relativa de tierras:
➡ Producción de carbón vegetal.
➡ Transiciones desde cultivos de subsistencia hacia la producción de cultivos comerciales.
➡ Expansión de los cultivos de subsistencia.
Entre 2014 y 2015, se recopilaron datos sociales y geoespaciales cualitativos y cuantitativos de 27 aldeas: siete en Mabalane, diez en Gurué, y otras diez de los Distritos de Marrupa (Fig. 1).
Los impactos de la IUT en las vidas rurales y en la pobreza multidimensional no son bien comprendidos. Las investigaciones tienden a enfocarse en los impactos medioambientales ocasionados por la intensificación y la expansión de la agricultura. Los pocos estudios existentes sobre los impactos en las vidas, principalmente evalúan la extensión de una cobertura de terreno en particular (por ejemplo, agricultura itinerante), o los indicadores de intensificación unidimensionales, como los rendimientos agrícolas o los niveles de aplicación de fertilizantes.
Sin embargo, la IUT es un complejo proceso que presenta múltiples dimensiones incrustadas en complejos sistemas socio-ecológicos. Adicionalmente, los impactos del uso de la tierra no se han investigado mucho en cuanto a cómo afectan el bienestar y los medios de vida, ni para examinar los resultados netos multidimensionales o socio-ecológicos.
Llegar a los más pobres entre los pobres implica que los beneficios económicos se queden en un nivel local, y que existan oportunidades de inversión en producción.
Para llenar esta brecha investigativa, aplicamos dos medidas multidimensionales distintas. Primeramente, se adoptó un marco conceptual integrado de IUT, donde la IUT es un proceso combinado de insumos para un sistema productivo (por ejemplo, de tierra, trabajo o tecnología), resultados del sistema productivo (por ejemplo, productos y servicios) y modificaciones a las propiedades y funciones del sistema (por ejemplo, a la calidad del suelo, la biodiversidad, y a las reservas y flujos de carbono).
En segundo lugar, la indigencia multidimensional debía medirse, y se tenía que identificar a los indigentes (los más pobres entre los pobres).
Los indigentes son los más pobres entre los pobres; son un subgrupo de los pobres multidimensionales con tantas privaciones que caen por debajo de los umbrales más extremos de carencia. Por ejemplo, una característica de una familia indigente es no tener ninguna posesión, mientras que el tener un artículo tan pequeño como una radio hace que una familia se clasifique como privada de activos. Esta técnica para identificar a los más pobres entre los pobres se denomina acercamiento de profundidad. En Mozambique, debido a la alta severidad de la pobreza multidimensional que existe en las provincias de Gaza, Zambézia y Niassa, se eligieron estas tres zonas para estudiar la indigencia.
Se seleccionaron los indicadores y dimensiones (ver Tabla 1) triangulando los resultados de las clasificaciones participativas de la riqueza, con debates de grupos de discusión y mediante la revisión estructurada de documentación secundaria (la metodología completa del proceso de identificación está disponible aquí).
El índice consta de 15 indicadores, agrupados en tres dimensiones. Se clasifica a un hogar como indigente multidimensional si tiene carencias en al menos cuatro indicadores, y en al menos dos dimensiones.
Analizamos cómo la IUT provocaba diversos impactos en las vidas, el bienestar y la indigencia multidimensional, y demostramos el rol que desempeña el tener acceso a los mercados. Los resultados arrojaron aumentos en el bienestar multidimensional a causa de la expansión de la agricultura comercial y de subsistencia. Sin embargo, solo se observaron reducciones del porcentaje de personas consideradas indigentes cuando hubo una transición y expansión desde la producción de cultivos comerciales hacia terrenos forestales (en el Distrito de Gurué , ver Fig. 2).
En este caso, las personas tuvieron un mayor acceso a los mercados por una infraestructura de mercado mejor diseñada y por la existencia de barreras de menor costo (ejemplo, mercados cercanos y acceso a mercados internos dentro de las aldeas). Los resultados de este lugar también mostraron una reducción en el número de hogares que se consideran indigentes en estos cinco indicadores: educación en el hogar, educación infantil, material del techo, fuente de agua, y acceso a servicios para la agricultura.
Sin embargo, la indigencia no cambió en lugares con menor acceso al mercado, tampoco con la intensificación de la producción de carbón vegetal (en Mabalane) ni con la expansión de los cultivos de subsistencia (en Marrupa). Esto sugiere que, en ciertas circunstancias, los beneficios de la IUT no llegan a los más pobres entre los pobres.
La evidencia empírica avala la afirmación de que el acceso a mercados sustentables e inclusivos es fundamental en las estrategias de desarrollo para los pobres.
En Mozambique y en África subsahariana, en general, los mercados del carbón vegetal no están bien definidos, no reciben mucho apoyo, y rara vez funcionan. Si no hay un mercado funcional para el carbón vegetal, el recurso se explota de manera insustentable, se provoca una degradación del recurso, y los mercados de producción rural se desplazan cada vez más lejos de centros urbanos con demanda, dejando detrás una degradación forestal.
Por el contrario, los mercados comerciales agrícolas del África subsahariana tienen mejor apoyo, ya que su desarrollo se considera crítico para que haya crecimiento económico en la región. Sin embargo, a diferencia de la agricultura comercial, y por definición, la producción agrícola de subsistencia tiene una dependencia limitada del mercado, pues la producción per capita (y el consumo) permanece constante, sin tomar en cuenta los mercados operativos.
En consecuencia, llegar a los más pobres entre los pobres implica que los beneficios económicos se queden en un nivel local, y que existan oportunidades de inversión en producción. Por eso es que los mercados inclusivos y sustentables son esenciales para que, junto a la IUT, mejoren el bienestar, en especial de los hogares más pobres, para asegurarnos de que nadie quede atrás.
* Esta es una versión corta del paper publicado en Global Environmental Change.
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